Teníamos 2 sillas de los años 70 que ya habían pasado por varias reformas, madera con un tinte rojizo de aquella época y lacada en un par de ocasiones en blanco.
En esta ocasión decidimos empezar de cero. Para ello, la decapamos completamente, hasta dejarla en la madera natural de haya en la que estaba fabricada. Como tuvimos que dejar actuar el decapante en bastantes ocasiones la rejilla de enea sufrió lo suficiente como para quemarse y deformarse así que optamos por elaborarle un respaldo nuevo.
Después del decapante, la lijamos hasta eliminar los restos de barniz, laca y demás productos que quedaban y recuperar la madera natural.
Una vez hecho esto, para proteger la madera la barnizamos, pero procurando que mantuviera el tono de madera que habíamos logrado rescatar. Para ello optamos por un barniz efecto cera, que no varía el tono conseguido y es muy resistente.
Posteriormente, elaboramos el respaldo nuevo con gomaespuma, para ello tuvimos que tapizar el contrarrespaldo, colocar la goma y floca correspondiente y tapizar la parte delantera. Recinchamos el asiento y mullimos un poco el asiento de la silla y lo tapizamos. Aquí el acabado que le quisimos dar fue un doble vivo en todo el perímetro con el mismo tejido de la tapicería, que le da un toque diferente del de la pasamanería clásica de siempre.
Quedamos tan contentos con el resultado que seguramente en algún momento nos las llevemos a casa y coloquemos en el taller unas menos especiales…